martes, 18 de septiembre de 2007

El arte como fuente del diseño; formas de expresión y aplicaciones: Continuación de la primera parte: "Diferencias y similitudes entre arte y diseño"

El diseñador, a diferencia del artista, no trabaja para él o para lo bello en sí, él utiliza lo bello como un instrumento utilitario para lograr un objetivo, sujeto a la finalidad del mismo, que es satisfacer eficientemente una necesidad colectiva, particularizada en la necesidad de un cliente. Entrando en detalle de las discrepancias entre ambas disciplinas (-y refiriéndome un poco a lo que desarrollaba anteriormente-) se torna casi evidente que el diseñador no posee un amplio margen de libertad a la hora de ejecutar sus trabajos, son muy pocas las ocasiones en las que el profesional puede aplicar sus criterios personales; debiéndose ajustar en la mayoría de los casos a las percepciones del consumidor, a las opiniones del cliente y a los indicadores del mercado. Si se compara en este aspecto, la tarea del diseñador con la del artista, es notorio que la labor del primero se encuentra limitada por varios condicionantes, la mayoría sociales; sin embargo, la del segundo por lo general no lo está. Jacinto Salcedo, en su artículo: “Fronteras: diseño y arte”, publicado el 03/03/2006 en Foro Alfa señalaba que “en la actualidad se entiende al diseño como un factor determinante en la producción, donde la intervención en la configuración, toma en cuenta aspectos como los materiales, los usuarios, la percepción, el mercado y los mensajes. El buen diseño considera las tres "E": economía (costos), eficiencia (funcionalidad) y estética (forma). Si esta trilogía no se respeta estamos en presencia de un diseño no resuelto (ver gráfico arriba)”. “En el caso del arte no necesariamente se valoriza, por ejemplo, su eficiencia comunicacional (a veces sólo los "elegidos" entienden la obra de arte) o no es tomada en cuenta su economía (mientras más caros sean los materiales que se usan, o si el autor es cotizado, mayor será su precio)”, culmina Salcedo. Si se trata de fundar algún paralelismo entre el proceso artístico y el proceso del diseño, se lo pude ubicar en la existencia de una serie de decisiones que apelan a la subjetividad del individuo, sin que éste, pese a las recomendaciones de objetividad de numerosos profesionales en el caso del diseño, pueda sustraerse a afrontar tales responsabilidades. (Véase mas informacion en http://www.foroalfa.com/)

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